Os dejamos el artículo que publicó La Voz de Galicia en su edición de Vigo en el que nuestro delegado de Vigo, Roberto Carlos González Fernández, en representación del ICOIIG incide en la importancia del mantenimiento y la revisión periódica de las instalaciones tras el fatídico incendio de la empresa moañesa Fandicosta.
“Mantenimiento
y revisiones periódicas”
Roberto Carlos González Fernández, delegado del Ilustre Colegio
de Ingenieros Industriales de Galicia en Vigo (ICOIIG)
¿Qué decir a la vista del
siniestro que acaba de producirse en la empresa moañesa Fandicosta? Si
sobrecogedoras son las imágenes del suceso, más sobrecogedor aún resultará
evaluar sus consecuencias económicas y laborales. Excepto los casos de
accidentes con víctimas, un incendio es probablemente el peor de los siniestros
que puede acontecer en una industria o edificio. De la noche a la mañana se
pierden bienes y enseres y se detiene la actividad económica que es la razón de
ser de cualquier empresa.
En España tenemos una normativa
en materia de incendios relativamente moderna y que se revisa periódicamente
para adaptarla a los avances tecnológicos, existe además una declaración
responsable. Ello contribuye a que las edificaciones y las actividades que en
ellas se desarrollan sean cada vez más seguras y que podamos afirmar que una
edificación adecuada a la normativa y con sus instalaciones debidamente
operadas/utilizadas y mantenidas, ofrecerá a sus usuarios una elevada seguridad
frente a este tipo de sucesos. Pero que las edificaciones estén bien diseñadas
no implica que estén bien mantenidas. Es por ello, que desde el ICOIIG
incidimos en la importancia del mantenimiento y la revisión periódica de las
instalaciones.
Por la
naturaleza de su función, los almacenes frigoríficos y las industrias
alimentarias deben estar completamente cerrados del exterior y aislados con
materiales que por regla general no son inertes a la acción del fuego; esto
complica en gran medida el trabajo de los equipos de extinción al no poder
atacar directamente la zona en combustión y supone que en la mayoría de los
casos las consecuencias del siniestro serán más o menos graves en función de
los elementos de seguridad pasiva que se hayan previsto en la fase de diseño
del proyecto constructivo y también de la celeridad con que se haya detectado y
notificado la existencia del conato de incendio.